sábado, 2 de enero de 2016

¿Dónde está "el otro"?

Hace poco empecé a trabajar con un diseñador de cubos mágicos. Inicialmente quedamos que le pagaba los materiales, y él los diseñaba gratis para mí.

La cosa fue cambiando... yo cuando venía siempre le regalaba algo, como cubos o cosas así. Y no veía un verdadero agradecimiento. Por el contrario, habían como aumentos y mayores pretensiones.

También comenzaban a notarse sus recordatorios de que lo hacía gratis para mí. Continuamente... y yo no le recordaba a él que le pagaba cada centavo que me pedía, que le obsequiaba otros cubos ni nada que se le parezca.

No le recordaba que estaba mi reputación en juego, pues ponía sus productos uno a uno en diversas plataformas (Facebook, Blogger, AlaMaula... y hasta Mercado Libre, donde una sola mala calificación puede valerte la reputación).

Yo soy escritor: Era como darle a Ross mis libros, que me pagara el costo, que los pusiera en la vidriera y yo a cada momento recordándole: "Mirá que te lo hago gratis". Eso sin mencionar que el costo de mis libros era similar a los de "Atlántida".

Sí... en todo momento los precios rondaron los precios oficiales de las marcas conocidas. Y sobre el final apuntaban a valer incluso más. Pero era un acuerdo, que yo respetaba. Lo que me pidió lo pagué, y se lo agradecí de mil modos... es mi forma de ser.

La última semana ya todo terminó de cambiar. Notaba que aparecían mucho en nuestros chats frases como: "Malinterpretás"; una y otra vez palabras así, surgidas especialmente cuando le preguntaba cosas perfectamente dignas sobre determinadas cambios que iba viendo.

Sobre determinados cambios muy puntuales, y con mucha educación (pues así soy yo). Él lejos de dialogar, incurría en descalificaciones sobre toda mi persona. "No entendés", "malinterpretás", y cosas extremadamente agresivas para el trato que habíamos tenido. Muy injustas realmente.

Por ejemplo en una oportunidad que me dijo: "Voy y vuelvo" y no me habló sino al otro día, siendo que antes sobreabundaba en charlas y disculpas. O por ejemplo que para sólo 1 cubo tarde 7 días, habiendo vivido momentos en que prácticamente me construía 7 en 1. Cambios así de grandes.

Cambios como los que todo mundo vería. No los pondré aquí porque soy muy respetuoso, pero cambios: yo no digo una cosa por otra. Ni tampoco exagero. En una semana, pero cambios... y aquí está el enclave de todo: ¿yo lo conocía realmente?. ¿Puede conocerse a alguien en sólo 2 meses?

La respuesta es no. Invariablemente aparecerán cosas (destratos, respuestas imprevistas, faltas de disculpas habiéndolas habido, de preocupación habiéndola habido; falta de entendimiento en general) por esta verdad: Las personas se conocen con el paso del tiempo y las circunstancias.

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