"Ese cura era bueno", "ese doctor era bueno", "ese ingeniero"... ¿con qué derecho?.
¿Con qué derecho
nos creemos con derecho
de juzgar a los demás?
En especial a gente que quizás ¡es infinitamente mejor que nosotros! Y cuán naturalizada tenemos esta soberbia...
No olvidemos a varios autores:
ARISTÓTELES: para él, juzgar sólo sería plausible a través de la Ética y la Sociología entre otras; es decir: estudiando mucho las ciencias de los comportamientos.
BUDA: para él -hay que juzgar sólo los actos propios-, y con preciso detalle... no vaya a ser que haya un "karma" que le adjudiquemos a otro...
CONFUCIO: juzgar sería, para Confucio, sólo propio de los jueces. Es decir de un determinado rol en la sociedad... (No es para cualquiera.)
ESOPO: Esopo diría que juzgando "perdemos la liebre", es decir que muchas veces por juzgar "dejamos de ver el bosque en su totalidad".
JESUCRISTO: Él diría que juzgar es algo que -proyecta necesariamente nuestros propios problemas- (Mateo 7, 5: quita primero la viga de tu ojo para así poder ver y ayudar a tu hermano a quitar la paja del suyo).
FREUD: más o menos como Jesucristo, él considera al juzgamiento como no mucho más que -una proyección de cosas propias... de cosas que se hallan "en nuestro corazón"- (como Jesús en Mateo 15: "lo que sale de la boca habla en realidad del corazón propio").
Y, por supuesto, toda la ANTROPOLOGÍA: por ser primates simiescos proyectamos en -el otro grupo- cosas que nos permitan unirnos aún más como grupo, amén de las cosas que ya de por sí consideramos positivas unidoras.
En fin... hay que tener el espejo muy claro
y muy limpio
para juzgar a alguien... pues las personas
que más ciencia
y espejo claro y limpio tienen
¡son las que menos juzgan a los demás!.


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