lunes, 10 de octubre de 2016

Estimada Modernidad:

Seguiré recontra-criticándote, pues pienso que haces infelices a las personas. Pienso que tu "ser piola", tu "éxito" y en definitiva tu relativismo moral nos lastima profundamente.

Al recién egresado de la secundaria, extendiendo la adolescencia interminablemente. A los valores educados en ese entonces, a la familia. A las nuevas familias que van formándose; etcétera, etcétera, etcétera.

Seguiré criticándote, confiando que dentro de todo haré un bien. Yo vivo en tí, pero soy grande. Grande, diferente, edificante, y lo haré valer. A jóvenes, y a no tan jóvenes también: seguiré escribiendo. Escribiendo, describiéndome; marcando diferencias.

Hay una posibilidad, sana de ser muy felices,
tener valores y hacerlos valer en forma muy estable.
Está mi vida en juego, y toda vida es naturalmente expresión,
afirmación y defensa, y cierta seguridad de estar obrándose un auténtico bien.

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