La Temeridad Posmodernista
El Posmodernismo es poner en duda todo derivando en un relativismo moral. Es una "dictadura" según muchos.
Ya he descrito al Posmodernista como alguien que no respeta valores, verdades o palabras. Habla sin sustento como lo haría un delirante. Se permite decir cualquier cosa ofensiva arguyendo "libertad de expresión".
Detrás de esa temeridad, hay en realidad INseguridad como resultante de otras "I":
Imposibilidad: cuando mi mamá cumplía 60, la entonces novia de un invitado quería saber todo. Prácticamente un "identikit" de cada persona invitada. Y estuvo meses así: nerviosa, averiguando todo. Ya el día de la fiesta: incómoda. Estaba como desbordada y fragmentada. Era la Posmodernista. La "buena onda" y cosas así le provocaron espirales de malos encasillamientos. Ya no podía ver la realidad frontalmente. Sólo se sentía segura "catalogando" a personas que... resultaron otras.
Infantilismo: así como no pueden catalogarse personas por "buena onda", tampoco los hechos, como por ejemplo el informe meteorológico. Hace poco me tocó ver una mujer adulta actuando como niña exaltada ante la sola palabra "granizo". En vez de poner energías en dónde estacionar el auto, en evitar esa palabra. "Ni lo digas, lo atraes" en consonancia con la "buena onda", la "energía psicotrónica" etcétera, son en realidad pensamiento mágico infantil y muy dañino.
Infantilismo espiritual: muchas personas Posmodernistas fueron Monoteístas primero; reconocen la diferencia. Saben que históricamente el Monoteísmo es muy posterior al Panteísmo que practican. Por un lado saben... por otro olvidan. "Dios lo es todo", "Nadie tiene derecho de confesarme"; cosas que implican un des-aprendizaje más que un aprender. Un olvidarse de valores y costumbres por una supuesta renovación hacia positivo. Espiritualidades aguadas, prehistóricas e impersonales.
Por estas cosas el Posmodernista interrumpe, "critica", cree que "juzga" y está siempre nervioso.
Mientras muchos ahondamos en valores mediante una cara Educación,
otros en un "borrón y cuenta nueva" que de plano ignora la brevedad de la vida
y la estupidez de presuponer que todo cambio es hacia bien. Temerarios... inseguros.
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