domingo, 13 de julio de 2014

No cambia nadie al casarse

Es muy común escuchar: "¡cambió!". "¡Nos casamos y cambió todo!".
"Él/ella era diferente antes de...". "El matrimonio lo arruinó todo.". Pero no, en realidad lo arruinaron ustedes:

1) El matrimonio es para conocidos: es decir para gente que, en vez de estarse revolcando,
se toma la molestia de distinguir bien los posibles problemas y la posible o no compatibilidad.
Bajo las sábanas somos todos amigos, y bajo las sábanas los problemas no desaparecen.
2) El matrimonio es para parecidos: a veces suena bien que ambos sean diferentes,
como que enciende más la llama del deseo, pero en la práctica no es así.
Sobre esa frágil llama los parecidos en realidad perseveran.
3) El matrimonio es para correspondidos: es decir
para gente que honre mucho que
"El amor es de a Dos...".

"El amor es de Dios", inclusive, si quieres tener realmente un verdadero -ancla- en tu matrimonio.
No esperarás que sea una persona ética alguien ateo, una persona íntegra alguien más bien egocéntrico.

Marco conceptual: Yo te recomendaría que "le presentes tu pareja a Dios" en el altar, porque eso es el matrimonio en realidad. Pero me conformo con decirles: "conózcanse bien".

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